6 cambios en las rutinas de los niños que pueden ser desencadenantes de alergias

Las alergias como la rinitis son frecuentes en los niños y pueden incluso asociarse a complicaciones como el asma, poniendo en peligro el rendimiento escolar y la calidad de vida en esta etapa³. A continuación, hemos elaborado una lista con varios escenarios de cambios de rutina que son desencadenantes de alergias en los niños. ¡Compruébalo!

Al llegar a un nuevo hogar, el ambiente puede estar polvoriento, lleno de ácaros del polvo e incluso salpicado de moho si se trata de una casa antigua. Tanto los ácaros del polvo como los hongos presentes en el moho se consideran alérgenos y, cuando se inhalan, pueden provocar procesos alérgicos en los niños⁴.

Para mantenerlo todo limpio, los adultos suelen recurrir a productos de limpieza a la hora de limpiar, en un intento de librar el espacio del polvo y otros desencadenantes de alergias. El problema es que estos productos, especialmente los que tienen fragancias muy intensas, también suelen ser perjudiciales para las vías respiratorias de las personas más sensibles⁵. Y si las paredes se han pintado recientemente para la mudanza, el olor a pintura fresca, que es muy fuerte, tiene un efecto irritante y puede provocar síntomas de alergia⁵. Qué hacer: antes de la mudanza, limpia bien todas las habitaciones con un paño húmedo, evitando escobas y plumeros que esparcen aún más el polvo. Procura utilizar productos de limpieza sin olores fuertes y ventila bien la casa⁵, esto ayuda a eliminar el olor de la pintura.

En cuanto al moho, si lo hay, es necesario tomar medidas para reducir la humedad, como arreglar las goteras, utilizar deshumidificadores de aire y limitar el número de plantas en la casa⁶.

Dependiendo del grado del problema, es importante contratar a profesionales para resolverlo.

Adoptar una mascota es motivo de gran alegría para toda la familia, pero recuerda que el contacto estrecho con un animal de compañía puede ser uno de los desencadenantes de alergias cuando existe predisposición².

Cuando se trata de perros y gatos, en particular, son portadores de proteínas que se encuentran en las escamas de piel (células muertas) presentes en su pelaje, saliva y orina, que son alérgenos para algunas personas².

Adoptar un animal es fantástico, pero puede ser un desencadenante de alergias. Todo depende de la predisposición del niño. Con los cuidados adecuados, las visitas al alergólogo y el uso de antihistamínicos, adoptar un animal nunca será un problema. Además, los ácaros del polvo y el moho también se acumulan en el pelaje, lo que favorece aún más la aparición de alergias respiratorias².

Qué hacer: cuando tu mascota llegue a casa, pon límites a los territorios por los que puede deambular. Dormir en la misma habitación que un niño alérgico, por ejemplo, no es recomendable².

También deben evitarse los lametones⁷, ya que la saliva tanto de perros como de gatos es portadora de la proteína alergénica de la que hablábamos antes. Para aumentar la protección contra las alergias, invierte en la limpieza y el cepillado del animal² y asegúrate de que el niño se lava las manos después de tener contacto con la mascota⁷.

Empezar en un nuevo colegio siempre genera un pico de estrés tanto para el niño, ansioso por la nueva etapa, como para el resto de la familia. Y es que cambiar de colegio siempre supone un gran reto, sobre todo cuando hay que gestionar los desencadenantes de la alergia de los pequeños desde la distancia.

Al entrar en este nuevo entorno, el niño puede estar expuesto a sustancias alergénicas con las que antes no tenía contacto. Las partículas de ácaros del polvo que cuelgan en el aire del salón, el moho y el polvo de tiza son algunos de los villanos que pueden hacer que los niños lleguen a casa con síntomas de una crisis alérgica, como estornudos⁸.

Qué hacer: los cuidados empiezan incluso antes de que suene la primera señal. Si estás pensando en cambiar a su hijo de colegio, visita primero las instalaciones para identificar posibles desencadenantes de alergias en el entorno. Habla con el personal sobre la afección de su hijo y averigua qué hacen en estos casos⁸.

Si tu hijo toma medicación para controlar los brotes, sigue estrictamente las dosis prescritas por el médico incluso antes de cambiar de colegio; y aconseja a los profesores y al resto del personal sobre la mejor forma de actuar en situaciones de emergencia⁸.

Si un nuevo colegio puede ser emocionalmente agotador, mudarse a una nueva ciudad también puede generar una oleada de estrés en todos los habitantes de la casa, después de todo, ¡todo será nuevo!, y existe la posibilidad de que aparezcan las alergias.

Llegar a una nueva ciudad con unas condiciones climáticas completamente diferentes a las de la anterior también está en la lista de desencadenantes de alergias. La variación de la humedad del aire de un lugar a otro es uno de los principales culpables de los brotes⁹ al mudarse a una nueva ciudad.

Todo cambio de ciudad puede ser un desencadenante de alergias. Las condiciones meteorológicas, la humedad del aire y la presencia de alérgenos como el polen o el polvo de las minas pueden provocar crisis alérgicas. En lugares con clima muy seco, la nariz tiende a secarse, lo que es motivo de irritación y alergias. El exceso de humedad aumenta el contacto del niño con los ácaros del polvo y el moho, que encuentran el clima perfecto para proliferar⁹.

Qué hacer: anima a tu hijo a beber mucha agua para mantener la mucosa nasal lubricada y regular su temperatura corporal¹⁰. Si el aire es seco, enjuágale las fosas nasales con suero fisiológico para evitar la sequedad¹¹. Por otro lado, si la humedad es alta y el aire pesado, enciende un deshumidificador de aire si es posible¹².